1. NO PESCAR O INTERACTUAR CON LA FAUNA O FLORA

2. NO TOCAR EL EMBOYADO NI TRASPASARLO

3. NO TRANSITAR, DESEMBARCAR O ESCALAR LOS 5 ISLOTES

4. NO VERTIDOS

5. MANTENER DISTANCIA MÍNIMA DE 10 METROS DE CADA UNO DE LOS 5 ISLOTES

6. NO SUPERAR LA VELOCIDAD DE 5 MILLAS POR HORA EN EL PERIMETRO DE LOS ARCOS

7. NO PERMITIDOS NINGÚN TIPO DE DISPOSITIVO ÁEREO EN EL POLIGONO

8. RESPETAR Y CUMPLIR LAS NORMAS INTERNCAIONALES PARA EL BUCEO RECREATIVO CON O SIN TANQUE DE LAS PRINCIPALES ASOCIACIONES INTERNACIONALEES DE BUCEO

9. COMPROMETERSE AL APOYO ESPECÍFICO DEL AREA

10. DENUNCIAR A LAS AUTORIDADES MEDIOAMBIENTALES LAS VULNERACIONES DE LAS BUENAS PRÁCTICAS ESTABLECIDAS QUE OBSERVE EN MIS RECORRIDOS POR EL AREA

Fueron declarados desde 1975 como zona de refugio para la protección de la flora y fauna marinas mediante un Acuerdo Secretarial; sin embargo, en el año 2000 con la creación de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, no fueron contemplados como un área natural protegida debido a su tamaño reducido, quedando desde entonces de facto sin protección. Pese a esto, han sido desde siempre, el ícono natural más conspicuo del municipio de Puerto Vallarta. Se convirtieron en un atractivo turístico, casi obligado para cualquier visitante, por su belleza escénica y la oportunidad que brindan al visitante de tener una experiencia importante de encuentro con la naturaleza.

En ellos, se pueden encontrar infinidad de especies de flora y fauna, y cada uno de los ecosistemas que aquí se encuentran, son importantes para al menos una especie considerada con algún riesgo de conservación, como la selva baja caducifolia para la anidación del Bobo de Patas Azules (Sula nebouxii), o el sargazo para la Tortuga Prieta (Chelonia agassizii).

Por esta razón es que un grupo de investigadores y ciudadanos prestadores de servicios ecoturísticos, desde 2022, están impulsando ante la SEMARNAT, que la zona de los Arcos de Mismaloya sea protegida oficialmente por un acuerdo secretarial que establezca el área, como hábitat crítico para la conservación de las especies de flora y fauna silvestre.

Por esto te invitamos a ver estos videos y a ayudar en la protección de este importante lugar, siguiendo las buenas prácticas de uso para aplicarlas en tu visita al área.

Un pequeño grupo de voluntarios ha estado luchando por lograr una protección funcional y duradera de Los Arcos. Es seguro decir que cada residente y la mayoría de los visitantes del área han visto, visitado o al menos oído hablar de Los Arcos. Realmente son el ícono de la Bahía de Banderas. Los encontrarás en sitios web locales, tarjetas postales y carteles promocionales. Hoteles y lugares de interés de la ciudad llevan su nombre. Sin embargo, en las últimas décadas, y con una velocidad cada vez mayor en la actualidad, estas islas están siendo amenazadas por una combinación de factores conocidos por todos los que participamos en la conservación del océano. La falta de protección formal ha llevado al uso excesivo y a la pesca ilegal en la zona, y un desprecio general por la fragilidad del ecosistema. La contaminación, redes fantasma y desarrolladores y operadores turísticos irresponsables también han causado su daño.

Aún así, no nos rendimos. Hasta ahora, hemos logrado reunir más de 3.000 firmas ciudadanas físicas para promover la protección de Los Arcos y hemos recolectado más de 43.000 firmas a través de la plataforma Change.org en una petición dirigida al gobernador del estado de Jalisco. Convencimos a 28 de los 29 candidatos en las últimas elecciones municipales y de la cámara nacional de diputados para que se comprometieran por escrito a la protección de Los Arcos. Nos hemos reunido personalmente con comunidades locales, agencias gubernamentales e instituciones académicas. Hace unos días, con la ayuda de funcionarios municipales progresistas, logramos instituir oficialmente el 28 de julio como el Día de Los Arcos de Mismaloya.

Esperamos que una celebración anual de esta pequeña joya sea un paso hacia la concienciación sobre su belleza, importancia y la necesidad de asegurar su futura conservación. Aún queda mucho por hacer, pero confiamos en que estamos en el camino correcto hacia adelante.